El cristalino es una estructura transparente en forma de lente biconvexa situada detrás del iris y delante del humor vítreo. A semejanza de la córnea, el cristalino no dispone de irrigación sanguínea pero a diferencia de ésta tampoco dispone de inervación después del desarrollo fetal, por lo que el cristalino depende del humor acuoso para cubrir sus requerimientos metabólicos.
Se encuentra suspendido por medio de las zónulas de Zinn, al cuerpo ciliar. Éstas constituyen unas fibras delgadas semitransparentes, que sujetan el cristalino al cuerpo ciliar.
El cristalino se compone de la cápsula, el epitelio, la corteza y el núcleo.
La cápsula es una membrana basal transparente y elástica, depositada por las células epiteliales. Es más gruesa en las zonas periféricas y más delgada en las regiones centrales. En la región del polo posterior central, puede alcanzar un espesor de 2-4 µm.
Inmediatamente detrás de la cápsula anterior se encuentra una capa única de células epiteliales. Estas células metabólicamente activas y con capacidad mitótica, migran desde la región central hacia el hacia la donde se diferencian en fibras. Del cristalino no desaparece ninguna célula; según se van depositando las nuevas fibras, se aglomeran y compactan las ya formadas, ocupando las capas más antiguas la zona central. Las células más viejas persisten en el centro del cristalino mientras que las fibras más externas son las más recientes y componen la corteza del cristalino. A. No existe ninguna distinción anatomo-morfológica entre la corteza y el núcleo, sino que se produce una transición gradual entre ellos. La diferencia entre el núcleo, el epinúcleo y la corteza, se refiere a diferencias valoradas mediante la exploración con lámpara de hendidura y diferencias potenciales en el comportamiento y el aspecto del material durante las intervenciones quirúrgicas.
Las funciones principales del cristalino son la de refractar la luz y la de proporcionar acomodación, lo cual permite enfocar objetos que varían en su distancia (cerca-lejos).
En la acomodación solo existe un único proceso activo, que es la contracción del músculo ciliar. Los demás elementos que intervienen lo hacen de forma pasiva. Se desencadena a partir de una imagen desenfocada en la retina, y conlleva los siguientes pasos:
- El músculo ciliar se contrae desplazándose ligeramente hacia el frente.
- La tensión en las zónulas anteriores disminuye y estas se relajan.
- Las propiedades viscoelásticas de su núcleo hacen que adopte una forma más esférica aumentando su potencia. El resultado neto es que el espesor central del cristalino aumenta casi un 75%.
- Asociado a los cambios en el cristalino, se produce una contracción pupilar (miosis), que contribuye a reducir las aberraciones inducidas por estos cambios y a aumentar la profundidad de foco del ojo.
A mayor edad, el cristalino disminuye progresivamente su capacidad para acomodar. Este fenómeno se conoce como presbicia o vista cansada. Afecta a la totalidad de la población a partir de los cincuenta años, requiriendo el uso de gafas para enfocar objetos cercanos.
Fuente: Oftalmología Online.
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