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martes, 2 de agosto de 2016

CUÉNTANOS TU CASO (3) - JORGE DESDE ESPAÑA (TRATAMIENTO LASER)

Tengo veintiseis años, y las miodesopsias aparecieron hace aproximadamente tres. Aparecieron sin causa aparente, pero puedo decir que coincidieron, como a muchos, con una época de elevado estrés y ansiedad. Tardé pocas horas en buscar información en las redes, y pocos días en acudir a un oftalmólogo; que me aseguró que carecían de importancia, y que o bien se “depositarían en el fondo de ojo”, o bien mi cerebro sencillamente se acostumbraría a su presencia, y comenzaría a ver a través de ellas.

A las pocas semanas ya era consciente de que eso no sería así. Por mi profesión tenía que pasar muchas horas al día delante de una pantalla de ordenador, y las moscas ya comenzaban a afectar a mi concentración, y, por tanto, a mi rendimiento. Tampoco disfrutaba los paisajes o los paseos al aire libre; sólo eran oportunidades para pelearme con las moscas “puedo con ellas, no puedo, no son para tanto, son insoportables”... Por esas fechas comencé a acudir a los oftalmólogos locales cada vez que alguna nueva mosca aparecía. Tenía la esperanza de que alguno no se echara las manos a la cabeza al escuchar de mi boca la palabra “vitrectomía”, o de escuchar de la suya algo más que “problema psicológico”, “ansiedad”, “yo también las veo” o “dale tiempo”. De una “doctora” hasta he tenido que escuchar que era un tranquimacín y uno una vitrectomía lo que necesitaba, pero por ahora probara con el Vitreoclar, que tenía propiedades… al menos podría haber tenido la decencia de recetarme un placebo algo más barato.

Tres años después siguen afectando a mi rendimiento y a mi calidad de vida. Habiendo asumido ya que los oftalmólogos locales me tratarían como a un paciente psiquiátrico, y sin decidirme por la Vitrectomía (no tanto por supuestos efectos adversos -los cuales van mermando a cada publicación que se realiza sobre ella-, sino por los 5000€ por ojo -más de 300€ por minuto, todo sea dicho-) comencé a leer publicaciones internacionales, y opiniones sobre las nuevas técnicas. Coincidiendo esta época con mis conversaciones con el sufrido presidente de la Asociación (al cual aprovecho para agradecer con el corazón todo su esfuerzo y dedicación), me decidí a probar el nuevo láser YAG de Ellex; el “Ultra Q”. Sobre este láser se estaban vertidiendo muy buenas (aunque no muy numerosas) opiniones; que venían a decir que era capaz de vaporizar las miodesopsias; y que no presentaba los riesgos que sus antecesores tenían. Aún consciente de que este método no puede ser usado en miodesopsias cercanas a la retina o al cristalino, me decidí a probarlo.

Primero acudí a la clínica Fernández Vega, en Oviedo (a 4 horas de mi ciudad), donde a pesar de haber informado a la Asociación de que tenían el láser; no lo tenían (por aquel entonces). Finalmente decidí acudir a la andorrana clínica Vallmedic Vision (a 12 horas de mi ciudad), bien aconsejado y amparado por la buena fama que precede a su médico, el experimentado Dr. Hanneken. Allí me dirigí, triste de tener que cruzar las fronteras de nuestra patria para ser escuchado y entendido, con un papel en el que había intentado dibujar lo que veía en cada ojo (Ver Imagen). El trato en la clínica fue, desde el primer momento, excelente. Tanto por parte del personal como del propio doctor; fue la primera vez que sentí que se entendía mi problema. Tras una conversación con el doctor, decidimos tratarme del ojo izquierdo (el que más problemas me causaba). Dada la cuantía del tratamiento decidí tratarme únicamente del peor ojo, por el momento. El tratamiento fue emocionante; podía ver como las miodesopsias eran bombardeadas y salían disparadas tras cada disparo. 460 disparos. El doctor me confesó que no había podido limpiar todo, pero que más disparos no estaban aconsejados; por lo que debía volver al día siguiente para valorar una segunda sesión. Al tratamiento le siguió una tarde bastante complicada; con la córnea irritada y dolorida por el contacto con la lente requerida por el láser; no pude disfrutar del paisaje andorrano.

Al día siguiente me levanté con una alegría. La miodesopsia más grande y opaca (la que tiene forma de anillo -no es un anillo de Weiss- en la Imagen) había desaparecido. Esta miodesopsia era la que más me complicaba la vida e interrumpía la visión. Sólo por eso, el viaje habría merecido la pena. Sin embargo seguía viendo algunas moscas, especialmente en la periferia inferior, una de ellas especialmente opaca; aunque mucho menos que la anterior. Con este panorama volví a la clínica, donde el Doctor aceptó darme una segunda sesión, con la promesa de que si no era capaz de disolver ninguna, no me la cobraría. Hicimos una segunda sesión, donde castigamos un poco más la córnea (nada serio, pero bastante incómodo) y el doctor me aseguró que había podido eliminar algunas más. Téngase en cuenta de que con la dilatación de las pupilas, en el momento es imposible saber si las moscas permanecen o han desaparecido. Lo cierto es que la segunda sesión no surtió efecto, y mi ojo izquierdo quedó tal y como se ve en la Imagen 1. No dudo en absoluto de la palabra del Doctor; sencillamente, en la segunda sesión, disolvió miodesopsias que no estaban en mi campo de visión, y por eso no lo pude apreciar.





El coste total del tratamiento fue de 950€ por la primera sesión, 300€ por la segunda, y 85€ por la consulta (que fueron varias, aunque sólo se me cobró una). Ha supuesto un esfuerzo económico importante, y el resultado, aún siendo bueno, fue algo peor de lo esperado; pero creo que ha merecido la pena. Mi problema no está solucionado, pero el tratamiento me ha ayudado mucho. Consigo trabajar más cómodo, y salir a la calle sin sufrir tanto.


Llegados a este punto, soy consciente de que cada paciente debe valorar la bondad de este tratamiento (en lugar de la Vitrectomía, o de no hacer nada) en función de su situación personal. Querría aconsejar a las personas que se plantean dar un paso adelante, que lo hagan con prudencia y con conocimiento de causa, pero también con valentía e iniciativa, pues no espina más incómoda que la que causa el saber que se está sufriendo y teniendo una calidad de vida inferior a la que se podría tener. En mi humilde opinión, este láser puede ayudar a mucha gente, sin prácticamente riesgo alguno. Eso sí, el paciente que decida someterse a este láser debe tener expectativas realistas, y ser consciente de que no conseguirá una visión perfecta, pero probablemente verá mejorada su situación.

Quedo a la entera disposición de quien pueda necesitar más indicación o consejo, mediante el correo
jorge.enventa@gmail.com

Saludos,
Jorge.

2 comentarios:

  1. Hola, me llamo Jose soy de albacete, y tengo 30 años, hace unos 2 años me dijeron que tenia desprendimiento del vitreo posterior, basicamente me dijeron eso y poco mas, nada de información nada. El tema es que yo he estado buscando información sobre este tema, y no me siento muy identificado con los sintomas normales y necesito asesoramiento ayuda, Yo basicamente veo siempre puntos fijos que no se mueven. y cuanto menos luz ahi en plena oscuridad es cuando mas claramente veo esos puntos, Los veo tambien muy claramente cuando cierro los ojos, son como puntos negros, pero no se me mueven con el desplazamiento del ojo ni nada de eso, donde mire ahi estan, lo unico que es eso cuando hay mucha luz casi no los veo pero si hay oscuridad o poca luz los veo perfectamente

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  2. Hola Jorge.
    A dia de hoy, pasado unos 3 años y relacionado con tu operación ¿has notado algún tipo de lesión, secuela o empeoramiento relacionados con el ojo en general?

    Y una preguntilla mas ¿Has consultado con tus oftalmólogos si en caso de aparecer mas miodesopsias, no habría inconvenientes en volver a operarte con el Laser Yag?
    Saludos.

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